martes, 31 de mayo de 2011

spanischen pepinen

F.S.
La crisis del pepino –nombre ridículo donde los haya, y aun así existente-, nos revela unas cuantas cositas. Eso de la hermosa armonía de estrellicas sobre fondo azul en donde todos los países eran iguales y volverían a ser hermanos –que conste que el simpático Miguel Ríos no tiene ninguna culpa en que se haya abusado de su optimista “himno de la alegría”, o el de Beethoven (pero como era sordo y está muerto no creo que se haya enterado, y si por esas cosas del otro mundo se ha enterado, no creo que le importe)-, se ha quedado en un “vamos a ver, usted quién se ha creído con eso de ser todos iguales”.

Me estoy empezando a enfadar, no por pepino más o menos sino por la engañifa, que ya está bien de pensar que somos tontos.

Ahora que, felizmente, el movimiento 15-M se europeíza, se hermana, se difunde… ¿podría empezar a plantearse que los países europeos o jugamos en régimen de igualdad o habrá que romper la baraja, o tirarla y comprarse una de Heraclio Fournier?

No hay comentarios:

Publicar un comentario