viernes, 13 de mayo de 2011

casillas confesionales


Llegan los felices tiempos de la obligación impositiva. Sufriremos desde aquí hasta finales de junio, o sufriremos, como ya estamos acostumbrados, un poco cada día sin importar las fechas. Conste, y vaya por delante, que cumplo mi obligación con los impuestos. Creo en el sistema impositivo aunque a veces pueda ser crítico con a qué se destina mi dinero, o el dinero en general dado que el mío no da precisamente para cambiar el mundo ni desterrar lo pobreza. Estoy a favor, pero eso no quiere decir que no suponga una putada, y más para economías tan aleatorias, casi cuánticas, de todos aquellos que no tenemos un trabajo fijo. Aunque, ¿quién puede decir ya que el suyo es “fijo”?

El caso es que yo no iba a eso, que con pagar y no querer pensar mucho sobre lo que hacen con mi dinero, ya me vale, sino a esa cosa que hacemos, y volveremos a hacer los simpáticos contribuyentes laicos al marcar la casilla de “bienes sociales” en lugar de “apoyo a la iglesia católica” con tal de no dejar el apartado sin cumplir. Y ahora me vienen con lo que siempre he sospechado (esto de ser intuitivo, cuando se constata con datos objetivos, es una jodía maldición, ¿qué no?), referente a que la casilla social viene a ser un medio distinto de aportar dinero a la iglesia realmente católica, esta vez por medio de sus instituciones de caridad. Sí, de caridad, no me miréis mal, la misma caridad que ejercemos los que pagamos cuotas a nuestras ONGs de confianza, ¿o se puede llamar de otra manera? Y bendita caridad la que permite a un niño o un adulto llegar hasta mañana, ver curadas sus infecciones ya descatalogadas en el primer mundo o no morir directamente de hambre (al menos no hoy), porque hay veces que la caridad es inmediata y la justicia tarda demasiado, o no llega a producirse nunca. Pero como triste, es triste.

En fin, que me enrollo, y que iba a eso de la casilla de la iglesia en el sentido específico (perdón, no cualquier iglesia ni confesión, sino específicamente la Iglesia Católica).


En una época de crisis, la fe de algunos y el negocio de varios nos cuesta a los españolitos al año unos 10.000 MILLONES de euros. Una filfa. ¿Fuentes? Por ejemplo el diario Público de esta misma semana, no es un invento ni una suposición, como no lo es que quien marca la casilla “social” está pagando los dispendios caritativos, que bienvenidos sean, de la Iglesia Católica y ningún otro. No es extraño que la campaña eclesial publicitaria indique que marques ambas casillas. De todos modos, marques lo que marques, todo irá para ellos.

Ellos están exentos de ciertos impuestos sobre patrimonio, y además reciben ayudas para su conservación. Tienen asegurada una cobertura sobre ciertos centros educativos y sobre ciertos centros sanitarios.
La Constitución, que tantos sacrificios nos costó, que tanta solidaridad y capacidad de olvido pidió, petición que fue contestada con una generosidad nunca suficientemente apreciada por parte de los “amnésicos” voluntarios en aras del bien común, habla de un estado no confesional, que es por tanto un estado laico. ¿A qué viene ese apoyo que ni la UE entiende que se siga manteniendo? ¿Por qué lo ha sustentado un gobierno que sólo ha recibido a cambio animadversión, movilizaciones en contra y hostilidad? (habrá que hablar un día sobre la tremenda incongruencia de ciertas actitudes de los gobiernos de algo así como “izquierdas”).

Se puede ser más o menos benevolente, más o menos consentidor incluso, pero con un par de dedos de frente, que no es mucho pedir, no podemos por menos que pensar que estos privilegios suponen un agravio comparativo. Comparativo, para empezar, con las otras confesiones que tienen tanto derecho a existir como la católica, y después para los que pasamos por no pertenecer a ninguna religión instituida jerárquicamente porque no creemos en tal organización jerárquica o porque no nos da la gana, que a todo ello tenemos derecho como ciudadanos de un estado no confesional. No lo es, pero sólo en la letra, como se puede ver.

¿A qué viene esa casilla referente a la “Iglesia Católica”? Dicen, y es cierto, que España es un país tradicionalmente católico. Si hablamos de tradiciones, ¿por qué no la casilla para el mantenimiento del cante flamenco’, ¿o de la supervivencia de la tuna?, ¿o del toreo?, ¿o del bolillo?, ¿o del cocido madrileño o la escudella catalana?, ¿o la zarzuela, sea lírica o bien de pescado? ¡Vamos, hombre! Y además, si te da por no marcar casilla, te integran sí o sí diciendo que presuponen que prefieres la de fines sociales. ¿Y quien no prefiera ni una ni otra? ¿Y quien quiera consagrar sus sagrados porcentajes impositivos al Atlético, al Racing o al Numancia, aunque esté en segunda? Lo de la casilla católica me parece que debe sonarles a los socios de otras confesiones como si un socio del Villarreal viera que hay una casilla para el mantenimiento del Valencia, el Real Madrid o el Barcelona, pero no para su club. A ver si somos un poco serios, a ver si la parte que ha de asignar el estado a fines sociales no depende de una casilla, sino de la justa distribución, que no haría falta ni decirlo sino aplicarlo, y a ver si nos dejamos de mojigangas. Que los católicos (que lo parezca o no, merecen todo mi respeto) se paguen su curia, sus instituciones y su patrimonio, y dejen de arruinar al resto de un país bastante arruinado, que nunca dejó de ser España, que ya bastante es pese a que a partir de los 80’s nos vendieran la moto de que éramos más de lo que éramos y nos pusieran en la situación bastante ridícula de hacer de nuevos ricos sin dinero, y no nos sangren más mientras critican cualquier avance social que no tenga que ver (en sus prebostes, que no en todos sus feligreses y menos aún en sus misioneros) con todo lo que suene a momia inmovilista, beatos improvisados y siempre del mismo bando, rechazo a la realidad del tercer mundo e inversiones millonarias en el primero.

Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios, y al Papa y sus ministros lo que le paguen sus socios y nadie, nadie, nadie más. Que ya está bien.    

1 comentario:

  1. Sanse, me dejas de piedra. Yo estaba en los mundos de Yupi, no tenía ni idea...¿donde has conseguido esa información? Tengo que informarme.

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