viernes, 12 de agosto de 2011

locuras de verano


Así les dio por llamar aquí a una película de David Lean que se titulaba Summertime. En ella, una genial, para variar, Katherine Hepburn se iba de vacaciones a Venecia y conocía el amor, pese a que, no todo va a ser color de rosa, a través de un hombre casado que le vendía una copa de cristal de Murano. En fin, en eso consistía la locura, aunque al final quedaba claro, con una memorable despedida de esas de señor corriendo tras un tren y una dama americana rebosante de emoción saludando por la ventanilla, que es preferible amar aunque no salga bien que no haber amado. Vamos, una especie de Breve encuentro pero en color, menos buena y menos triste. Al fin, las dos son de David Lean (por favor, si quien lee esto me tiene un mínimo aprecio, no confundir con David Lynch, gracias... Si no me tiene aprecio, que haga lo que guste, naturalmente).

Ojalá las únicas locuras de este verano fuesen de ese estilo, o sólo de ese estilo, porque, ¿cuándo no las hay similares, estación del año aparte? Pero de agridulce no tienen mucho estas otras, a las que me referiré, y de sentimental mucho menos.

¿Cómo elegir entre el inmenso catálogo que nos brinda la sinrazón? Difícil, difícil...

Mientras quien puede se explaya (o in-playa... y perdón por el horrible chiste) en el chiringo, en los rigores de la naturaleza boscosa o el turismo cultural, y no sólo con todo el derecho del mundo, sino con todo el desahogo posible que se necesita tras tanto tragar quina la mayor parte del año, la economía va y se hunde. Lo mismo, si algún afortunado se ha ido al extranjero, cuando regrese ya no hay país (o lo ha invadido un Papa, pero de eso mejor no volver a hablar). Y ya no es sólo a España: USA, Francia, Italia... Las bolsas, las del IBEX y demás, no las de patata reciclada, juegan a la montaña rusa en la variedad minera, que consiste en no quedarse sólo en fluctuaciones vertiginosas que siempre parecen ir a terminar en desastre, sino en finalizar la atracción (esperemos que no de una vez por todas) muy por debajo de donde empezaron el recorrido. O sea, ya ni a ras de tierra.

Suben, suben y bajan. Bajan las bolsas y sube el metro como en una pesadilla de Origen. Bueno, sube siempre y cuando seas parado o persona empleada normal y no peregrinito, que en ese caso las autoridades lo mismo te acaban llevando gratis y a caballito hasta la tribuna correspondiente o el mogollón solidario y pastoral que te toque junto a cientos de miles de cuerpos a los que, dados los rigores estivales, la edad y las deportivas, seguro que les huelen bastante los pies. Como mínimo, los pies. La Cibeles se convertirá en una especie de inmensa fábrica de cabrales y después... Ya me callo, ya.

Sube el metro y bajan los sueldos, o eso recomienda este gobierno alegremente suicida al que cuando gobierna con la izquierda hay que decirle, como en las películas, “no, la otra izquierda” (pa lo que nos queda en el convento...)

Mientras, en la patria de Peter Pan, los niños perdidos rompen escaparates, queman a espuertas y se llevan lo que pueden disfrazados de disturbio. Rectifico: disturbios son, eso está claro, me refería a los otros disturbios: los que intentan cambiar algo. Cambiar algo no es pensar: “estamos más que hartos de babear mirando una play que nunca podremos comprarnos mientras vemos como se forran cuatro cabronazos de otra raza, la dominante, como en la commonwealth” (bueno, a lo mejor estos no saben lo que es la commonwealth aunque vivan en sus mismas arterias coronarias), porque para empezar la play se la queda el mangante y se convierte en otro cabronazo más, y más lo sería si más pudiera. Cameron dice –no sé si creer que es tan torpe-, que tanto vandalismo no tiene explicación. No tendrá justificación, pero la explicación está muy clara, mister mío.

Mientras, en la patria del Cid, nuestros futuros gobernantes, esos mastuerzos, ya califican al 15-M (con el que dicen, en sus principios, identificarse -¡!!!!!!-) como un movimiento convertido en radical, violento y antisistema, ¿tardarán mucho en intentar establecer comparaciones con la pérfida Albión?

¡Según han empezado en las comunidades donde no gobernaban! (por cierto, “muchas gracias”, IU extremeña, por apoyar a ese partido que ha empezado su legislatura intentando reventar a la Portillo, esa rojaza contratada por los sociatas haciéndole la vida imposible, pidiéndole cuentas de cuando no tenía nada que ver, provocando con la retirada de la fotico a ver si se marchaba... ¡todo un primor!, ¡gracias de nuevo! ¡Pues donde gobernaban...!

Hablando del 15-M, ha vuelto a ofrecer resistencia la sensatez de las asambleas ante una locura que esperemos sea de verano y no intenten llevarla adelante: me refiero a todo eso del partido político, la petición de voto en blanco y demás submarinos. ¿Sois tontos o infiltrados? Este es un movimiento ciudadano. Un movimiento, nunca un partido. En cuanto sea un partido dejará de ser lo que es. Creo que no hace falta explicar por qué. Y nos esperan peores tiempos que los presentes, o si no poneos a leer declaraciones de nuestros futuros caudillos sobre el particular. Y como no sepamos resistir, nos desunamos o nos dejemos guiar por unos pocos... Malo. Pero en esta cordura al menos tengo confianza.

Y es que hay tantas, tantas locuras, peligrosas locuras muchas veces, donde elegir...
¡Y encima a Rafita Nadal le da por perder nada más llegar y besar el santo de Montreal contra un señor de Zagreb que yo ni conocía...! Perdona, Rafa, hijo, que bastante derecho tienes a fallar después de tanto acierto, que es que nos tienes muy mal acostumbrados. Descansa en Manacor, cómprate un muñeco de trapo parecido a Nole (con vegetaciones a ser posible para que haga ese horrible gesto prepotente con la nariz), una buena porción de alfileres, ¡y ya sabes lo que tienes que hacer!

¡Feliz verano! Que cada vez está más claro eso de que “son dos días” (y no por la estación).

No hay comentarios:

Publicar un comentario