martes, 18 de octubre de 2011

no se quieren enterar yeyé

No sólo hemos vuelto. Eso les hubiera tranquilizado a muchos. Es que ha sido mucho más. Pero de todos modos, ellos están tranquilos. Ellos están seguros de que su tranquilidad ha de estar por encima de todo. Se imponen estar tranquilos y lo mismo hasta lo consiguen.
¿Quiénes son ellos? Más de los que nos gustaría pensar.
¿Quiénes somos? Si te diste una vueltecita el sábado por la tarde por Madrid y otros cientos de ciudades, lo mismo te haces una idea.
Ahora resulta que (maneras de acabar con) somos un movimiento “sentimental”. Pasional, para los que son más caritativos con nuestras posiciones. Poco ideológico, poco pragmático, dicen. Menos mal que no llegan hasta el descaro de decir “poco político”. No sé si seremos muy “líquidos” (a lo mejor a ciertas personas les da por pensar a ciertas alturas sólo en estados líquidos por su propia experiencia de vida), pero nuestra cabezonería, bendita cabezonería cuando se identifica con las palabras seguridad o coherencia, a mí me parecen bastante sólidas.

Intentan que no estemos de moda. Cubrieron la noticia para los que compran los churros el domingo y de paso el periódico, pero seguramente, pese a la obligación cuasimoral de ponernos en portada, sabían que los suplementos y sus informes sobre las últimas tendencias quitarían hierro al hierro.
A partir de esa primera edición –oh, milagro-, hemos desaparecido. Pertenecemos a ese pasado remoto que supone el sábado pasado mirado desde el domingo por la tarde. Se nos supone un cóctel de fin de semana o la cervecita de la última terraza de verano.

En los desayunos de rtve ya se notaba la animadversión mediática hacia el movimiento antes de ese día 15. El movimiento cuestionaba, según la piña gremialista de eso que se da en llamar los medios, vamos, el cuarto poder, que no es una metáfora, la objetividad. Se respondió con gran indignación apelando a la libertad de expresión, con ese argumento envenenado y tan poco sólido que parece reivindicar lo absurdo: cuando la opinión se hace llamar información está mintiendo. Opinión e información no son lo mismo. Lo repito porque se empeñan en obviarlo. Esto, por ejemplo, es una opinión: por eso me permito escribirla yo que no soy periodista. Los lobos tienen derecho a ser lobos, pero no es honrado que se disfracen de corderos. Si los medios empiezan por perturbar el lenguaje y se empeñan en no llamar a las cosas con su nombre, malo-malo.

Pero vamos, lo que importa es que el mitin repetido y repetitivo de cuatro malos políticos de oficio en proclamas preelectorales domingueras ocupa más en los medios informativos, televisivos por ejemplo, durante todo el domingo, que la unión, la reunión, la manifestación, la valentía, la resistencia de cientos de miles de personas (o lo mismo no, lo mismo esto es mátrix, y es que éramos el sr. smith repetidos virtualmente hasta no poder moverse por aglomeración durante hora y media entre cibeles y sol, vamos, que en el fondo éramos ocho pringados y un helicóptero y ni nos habíamos dado cuenta porque íbamos tan mamados que veíamos cuádruple y nos parecíamos más).

¿No nos habíamos dado cuenta? El cuarto poder es cuarto sólo porque llegó más tarde. El poder policial ejecutivo te puede detener, el poder judicial te puede condenar, el poder legislativo puede prohibirte, pero el poder de los medios puede hacer, ni más ni menos que NO EXISTAS. Ese es su poder. Si no te difunden, puedes haber matado al Papa: no estás, no existes.
Los medios han decretado que no estamos de moda. Decretaron antes que no éramos amigos suyos, y eso tiene su peligro. Lo mismo el movimiento se pasó en su animadversión, no lo sé. El caso es que hoy es lunes y el sábado parece pertenecer a los tiempos oscuros de la tierra media.
Bueno, no es de extrañar. Lo mismo la información es eminentemente frívola.
En Somalia mueren cada día más niños y también más adultos que hace un mes, pero, ¿a quién le puede importar volver a pensar en eso?
Cambiarían de canal, y eso da mucho menos share y quitaría dinero.
Por cierto, no me contéis otra vez lo de que la televisión oficial no tiene publicidad. Y no es sutileza política. Lo de “partido ofrecido por...” o “X patrocina “saber y ganar” son anuncios. Según su actual convenio es ilegal, así que, por favor, amiguetes, no nos toquéis más los cojones o los clítoris según el caso.



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