miércoles, 10 de julio de 2013

normalidad y crueldad


Robar es normal.
Traicionar es normal.
Aprovecharse es algo que sólo evitan los tolilis subormales.
Ya ni puedo escribir. Al menos aquí. Por eso hace tanto que ni lo hago. Lo haré en foros que espero (yo espero, en el sentido de  esperanza, como cualquier ser humano que se precie y confíe en que somos una raza que sólo está podrida en su mayoría, no en su totalidad) que sean, si no válidos, al menos altavoces. ¿Cuáles?

Normal. Norma: lo que hace la mayoría.
Lo normal no es lo corriente.
Lo corriente no tiene por qué ser lo lógico.
Es muy fácil decir: TODOS SOMOS SINVERGÜENZAS. No lo somos.
Es muy fácil decir: SI ESTUVIÉSEMOS EN UN PUESTO EN QUE PUDIÉRAMOS SER SINVERGÜENZAS, LO SERÍAMOS. Conozco a gente en esa situación que se está desgastando de un modo inhumano por perseverar en una forma honrada y justa de actuar. Y no es un decir. Si digo que lo conozco es que lo conozco.

Hobbes era muy listo. No malinterpretéis a Hobbes. El hombre es un lobo para el hombre sólo si la manada permite una desviación. La variable matemática. El porcentaje lógico. ¡Qué asco ver tanto ignorante amparado en lo que no comprende!: como el hombre y la mujer son lobos y lobas para el hombre y la mujer, seamos depredadores sin mesura, mordamos sin piedad, matemos al más débil. Convertir la lógica deductiva en pretexto. ¡Qué asco!
La ignorancia siempre crea violencia, la violencia siempre incomprensión, la incomprensión va creando prejuicio, y el prejuicio, cerrazón. Es muy fácil crear lo negativo. Pero no me engañéis con el argumento de que lo negativo sólo crea negatividad. Hay veces que crea indignación, reacción, rebeldía. Crea, al fin. Es muy fácil crear desde el no. También fácil destruir sin más ni más. Bonita y pura tentación jacobina. ¡No quiero caer en ella ni con el pensamiento! (Aunque entienda a Machado cuando alude a su sangre jacobina)
¡Pero el pensamiento es tan hermoso y libre...! Tanto si piensa en qué crear como si piensa en qué y cómo destruir. ¡Y es tan fácil abismarse en la fantasía de qué y de qué manera destruir lo que sería tan poco conflictivo aniquilar!

Vale, Hobbes, tal vez los simples tienen razón. Tal vez nos empujas a morder, a ser lobos. Y no sólo, ojalá, en el sentido de fuerte tribu gregaria, sino en el de impío destructor.
Dan ganas, viendo lo que vemos, viendo a la gente que vemos, oyendo a la gente que oímos, de ser destructores. De ni siquiera pararnos en aquella dignidad en que tanto confiamos, en aquel derecho a la vida y a la dignidad que tanto sostuvimos.
Hay veces que dan ganas de verlos colgando, sangrantes, de un gancho.
Dios, si existiera, me perdone.
Pero a veces lo siento.

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