Lo mismo se es más inocente, incluso con respecto a la política, en unas fechas que en otras.
Nunca me ha importado mucho la noche de difuntos con su Comendador tonante, y mucho menos Halloween (a no ser por Jack Skeleton, que es un caso aparte), pero la noche siguiente, esta, la de las ánimas, siempre me ha sugerido un dulce ambiente especial en donde ciertos espíritus que pusieron su inmenso grano de arena en el mundo para hacerlo más amable, los que dejaron una luz llamada amor, y no me importa parecer sentimental, brillan con luz particular recordándonos que aún nos miran y merecen ser mirados aunque no estén vivos.
Si eso se une al hecho de estar viviendo –yo- un momento bastante mágico, comprendo que se dude de mi objetividad.
En esta noche de ánimas veo una futura llama que fomentará la idea del recuerdo. Se llama Papandreu, sé que falló lo suyo y algo más, que tal vez mienta cuando aparenta creer en su antigua tradición del ágora, pero las reacciones a su acierto o su fallo no dejan de hacerme pensar. ¿Por qué el mundo se revuelve, su partido se rebela, las bolsas del mundo se defenestran, francos, germanos, italos e incluso hispanos tiemblan cuando se habla de algo tan evidente como la necesidad de que un pueblo decida por sí mismo, no sólo por medio de sus representantes?
¿Tanto miedo damos los ciudadanos del mundo? ¿No es ya evidente que los políticos piensan que la política no nos concierne?
No sé si es un acierto o un fallo. No sé si es oportuno, pero quizá el sentido de la repetida, continua, consentida, agobiante humillación ejercida sobre un gobierno y sobre todo un pueblo como el heleno, desbordado por comentarios como aquel de hace pocos días por parte de Francia (sí, como en las obras shakespearianas, Sarkocy ya no cree en su apellido y se haría llamar Francia, como Merkel Germania y Berlusconi Italia... hay cada vez menos pudor) acerca del enorme fallo que supuso “permitirles compartir nuestra moneda”, a lo mejor el ser mirado como un apestado al que hay que corregir desde el exterior hasta lograr la extenuación del súbdito, pueda generar de repente la idea de que si un pueblo entero ha de ser meado, al menos tiene que decidir abrir la boca o no para recibir el chorro a cambio de la supuesta salvación, y decir si está dispuesto a hacer lo que le manden sea lo que sea, o no.
Tal vez el ágora no deba seguir estando en ruinas.
A tomar por culo rescate, austeridad, italia, españa, euro y la madre que nos parió...es que todavía nadie se ha dado cuenta de que con el EURO nos tangaron????
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