jueves, 9 de febrero de 2012

necrológica


Esta vez no se ha muerto, como Fraga.
Esta vez han acabado con él.

Hoy es un gran día para los corruptos, los prevaricadores, los narcotraficantes, los dictadores, los terroristas y los verdugos. Estarán partiéndose de risa tras ver cómo se elimina a uno que, con fortuna o no, les persiguió. Se gozarán contemplando cómo le matan en vida, porque, fuese estrella, soberbio o nada de eso, quitarle el oficio al que se dedicó en cuerpo y alma es casi peor que darle un testarazo definitivo en la cabeza.
Feroz mutilación quitarle aquéllo, feroz y adornada de insultos en un intento, seguramente conseguido en parte, y pese a la poderosa naturaleza del humillado, de humillar. Sazonada, en una burla inaceptable, con la supuesta lamentación al verse obligados a condenar a la nada a un compañero.

No tengo gana de extenderme. ¡Es todo tan doloroso y tan evidente!
Sólo quiero despejar una duda: ¿podrá ejercer esos once años que le restan hasta la jubilación fuera de esta bendita nación?
Ojalá sea así. Más de un país, agradecido por sus osadías, no dejaría de acogerle de buen grado. Vuelven los tiempos, no sólo de la emigración de españoles como estamos ya sufriendo,  sino también, ¡qué vergüenza!, del exilio.
Machado, haz sitio en tu tumba de Colliure. Los mejores tendrán que ir partiendo (¿hacia dónde nos queda?) de esta puta mierda cuyo territorio va más allá de solamente España.  

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