Empiezo por decir que
suplico con todo cariño que me entiendan todos mis amigos/as futboleros/as (qué
cansancio esto del respeto a la diversidad sexual, o mejor dicho genital,
porque las preferencias sexuales son ahora, afortunadamente, más libres y, puestos así, es más jodido diferenciar a los amigos de las amigas que a lo/las que son de un equipo u otro de la liga), los amigos atléticos de madrid e incluso a los
que son de otros -si veis que madrid va con minúscula es porque para los
futboleros la ciudad es lo de menos: mejor reventar un Real o un Atlético de la
misma ciudad que reventar foráneos-.
Otro apunte,
"reventar" o "foráneos", en boca de los futboleros, y a
diferencia de si usted lo dice sin ser futbolero, entra dentro de lo normal. No nos confundamos, porque en este caso no hay que acusarlos de ser localistas o xenófobos. Esto, como el racismo, el amor
a la violencia, el fascismo, el sexismo, la intransigencia o el clasismo, son
cosas que en el fútbol tienen una consideración muy distinta al resto del
universo mundo. Tengamos en cuenta que en el fútbol se manejan emociones en
estado puro, masculinas y nobles en su mayoría, y que las emociones no siempre
pueden ser políticamente correctas. Esto es cuestionable en el mundo en
general, pero en el fútbol -no en el deporte, porque a día de hoy según ampliaremos
con poca amplitud más adelante, el fútbol es enemigo o al menos adversario del
deporte- encuentra su mayor razón de ser.
Pasión al esférico, creo, se llama. Así lo llaman. Una muy distinta a la que yo experimento y en la que me educaron, pero más auténtica que la mía, según parece, por lo que me dicen.
Pasión al esférico, creo, se llama. Así lo llaman. Una muy distinta a la que yo experimento y en la que me educaron, pero más auténtica que la mía, según parece, por lo que me dicen.
Ya no quiero
extenderme en un tema en que seguramente sería muy mal entendido.
Así pues, entendedme si podéis.
Quiero un día sin fútbol. O al menos un día en que se manifieste este anhelo.
Como el día sin coches, o el día sin tabaco, o el día sin agresiones
indiscriminadas si es que tal día existe (debería existir también, por cierto).
Contra cualquier cosa nociva, porque para mí ese deporte rey empieza a serlo en
grado alarmante.
Un día. ¡UN DÍA SÓLO! ¿Qué
es un día? Pero tendría que ser no sólo un día sin partidos, que creo que de
eso hay uno cada trescientos sesenta días más o menos, sino sin hablar de ese
deporte que no ha sabido cambiar el nombre al castellano y que se llama fútbol.
No me interesan las cifras
de las nóminas, menos aún cuando son escandalosas. No me interesan las
dificultades intestinales de supuestos deportistas (más bien estrellas del
deporte), si tienen o no caquita, si les gustan o no las entrevistas, si
aprenden más deprisa o más despacio el español pese a haber costado tanto,
cuánto han defraudado sin pasar por la cárcel porque, sean españoles o no,
siempre lo hacen sin malicia o incitados por malos consejeros, o
meten goles porque son autistas, o se amparan en un nosequequé... O hacen, día tras día y sin tener por qué, ruedas de prensa. Una y una tras otra y otra y otra...
Yo por mi parte, ya que ellos no responden al modelo correspondiente al homínido cotidiano, sólo pido un día, sólo un día, de silencio, ¿tan difícil resulta de entender? Y, eso sí, que lo anuncien, para que nos regodeemos en el zapping sin ver ni una imagen ni una idea (¿es que pueden incluirse en el ámbito de las ideas las que circulan alrededor de este sinsentido?) sobre fútbol ni sobre nada de ese infinito mundo que pivota alrededor.
Yo por mi parte, ya que ellos no responden al modelo correspondiente al homínido cotidiano, sólo pido un día, sólo un día, de silencio, ¿tan difícil resulta de entender? Y, eso sí, que lo anuncien, para que nos regodeemos en el zapping sin ver ni una imagen ni una idea (¿es que pueden incluirse en el ámbito de las ideas las que circulan alrededor de este sinsentido?) sobre fútbol ni sobre nada de ese infinito mundo que pivota alrededor.
Por favor. Un día. Sólo
uno. Sólo para saber que es posible hablar de deportes con dignidad. ¿Es pedir
tanto? ¡Con lo hermoso que es ver competiciones internacionales de otras
disciplinas que realmente lo son, ver las expresiones de los que compiten, no
saber cuánto ganan o no, sino sólo si son dignos -¡esencia del deporte!- de ganar
ese medalla o ese título!
Y otra petición más
humilde, teniendo en cuenta que la del "día sin fútbol" no nos la van
a conceder nunca: que en los informativos, telediarios o no, el fútbol deje de
llamarse "deportes" y que el tiempo dedicado al fútbol se llame FÚTBOL
y podamos cambiar de canal a ver si en algún otro canal ponen algún deporte. Aunque no creo.